Hoy os traigo una escena extra de Puro que Jennifer L. Armentrout escribió hace tiempo con motivo de una de las rondas del YA crush tourney donde Alex se enfrentó con Nora. Tened en cuenta que no aparece en el libro, ni aparecerá, y que puede que no concuerde con el tiempo en el que sucede, además de que puede considerarse algo así como un spoiler de Mestiza para aquellos que no lo hayan leído aún.
En fin...
Aquí os la dejo:
<<Un sábado por la mañana era demasiado temprano como para
practicar técnicas de derribo y otros movimientos para patear el culo.
Realmente, practicar un sábado por la mañana estaba mal en tantos niveles. Absolutamente.
Era sacrílego. Penoso. Estaba al límite –
“Alex” la voz profunda de Aiden rompió a través de mi
diatriba mental y miré hacia arriba, poniendo mi ceño fruncido de más te vale
no meterte conmigo que puedo morder. Sus labios, tan expresivos y llenos – unos
labios que realmente debía dejar de mirar – formaron una media sonrisa “Arrastrar
los pies no hará que esto vaya más deprisa”
Tenía razón, pero no lo iba a admitir. Pisoteando las
colchonetas, intenté – y fallé – en no mirarle como un acosador en potencia.
Pero dioses, conseguía que unos pantalones negros de deporte t una camiseta
blanca parecieran valer millones. Probablemente tenía que ver con el modo en el
que el material se tensaba sobre sus anchos hombros y su pecho. Sí, eso era
probablemente…
Aiden alzó una ceja “¿Qué estás mirando?”
Un rubor cruzó mis mejillas “Uh… ¿nada?”
El gesto de su rostro era en parte de saber qué pasaba y en
parte algo más que no pude poner en palabras. Sin decir una palabra, se acercó
y con sólo las yemas de sus dedos colocó un mechón suelto de mi cabello detrás
de mi oreja. Un simple toque, realmente, pero un estremecimiento me recorrió
toda la piel y me dejó sin aire.
Aiden bajó su mano rápidamente y giró su cabeza. Algunos
mechones de pelo oscuro cayeron sobre su frente “Bien, vamos a continuar con el
show”
A medida que calentábamos con algunos movimientos, mi estado
de ánimo mejoró sustancialmente. Bueno, al menos había empezado a contestar con
frases completas. Las mañanas no eran lo mío.
Empezamos con las técnicas de derribo, las cuales consistían
en barrer las piernas de los enemigos si tenías la suficiente suerte como para
estar detrás de ellos o cerca, pero los daimons no se quedarían ahí dispuestos
a comer el asfalto, los derribos consistían en Aiden yendo hacia mí como un defensa
de fútbol.
“Recuerda” dijo, bajando las manos y apoyándolas en sus
estrechas caderas “Tienes que utilizar la fuerza y el impulso de tu oponente en
su contra”
“uh-uh” No era mi primera vez en este rodeo. Algunas veces
Aiden lo olvidaba.
Sus ojos se estrecharon “¿Te está aburriendo esto?”
Pregunta trampa “¿Posiblemente…?”
Aiden inclinó la cabeza hacia un lado “Entonces hagamos esto”
Abrí la boca, pero Aiden despegó como un misil guiado con mi
nombre en él. Preparándome para el impacto, forcé a mi cuerpo a moverse hacia
delante, encontrándome con él a mitad de camino. Técnicamente, debería haber
apuntado a su abdomen, utilizando mi hombro y empujando hacia arriba. Como
Aiden había dicho, su propio peso y su impulso deberían haber sido suficientes
para derribarlo. Pero considerando el hecho de que probablemente él tenía unos
abdominales de acero desde el jardín de infancia, me debería haber roto el
hombro.
Choqué contra Aiden.
Pero él ni se movió.
Echándome hacia atrás, me acaricié el hombro mientras me tensaba
“Bueno, no ha ido como tenía planeado”
Se carcajeó “Dudaste en el último segundo”
Colocándome la coleta sobre el hombro, suspiré “No quería
hacerte daño”
Aiden se me quedó mirando un momento, después volvió a reírse.
Alto – más alto que antes. “Me encanta que lo encuentres divertido” murmuré,
sabiendo lo ridícula que había sonado.
“Ah, Alex, no me vas a hacer daño” Caminó hacia atrás,
sonriendo y mostrando ese hoyuelo de su mejilla “Creo que tienes más miedo de
hacerte daño a ti”
“Lo que tú digas” tonta de mí por no querer pasar por una
operación de reconstrucción de la clavícula.
“Hazlo de nuevo, esta vez sin dudar” Hizo una pausa “Si lo
haces, puedes correr por las dunas”
Abrí la boca “¿Qué?”
Una mirada astuta surgió de sus ojos grises “Durante la
próxima hora”
Oh, a la mierda con eso. El puro iba a acabar en el suelo.
Apreté la coleta y le miré fijamente “Vamos”
Sacudió los hombros y vino hacia mí de nuevo. Esta vez fui
directa a su abdomen. Algo fue terriblemente mal. Mis piernas estaban en su
camino de destrucción y antes de saber lo que estaba pasando, un muslo que me
recordó como a una descomunal rama de un
árbol me derribó.
Sus manos estaban a ambos lados de mi cabeza, y tuve que
pensar que si él realmente hubiera querido evitar esto, esta posición tan
íntima, lo podría haber hecho.
Pero no lo hizo. Y no se movió.
Los fríos y grises ojos de Aiden llamearon y se volvieron
más profundos, de un intenso color plateado que hizo que mi corazón acelerado
llegar al borde de un ataque cardíaco. Su respiración pareció acelerarse “Alex…”
Tragué con fuerza “¿Aiden?”
Aiden apoyó todo su peso sobre un solo brazo. Su larga mano
llegó a mi rostro y cubrió mi mejilla. Sus dedos eran elegantes, lo sabía
porque los miraba mucho, pero la piel era rugosa, encallecida. Me encantaban
sus manos.
Forzándome a permanecer quieta y callada, esperé con
dolorosa anticipación a que él hiciera algo, lo que fuera. Y sabía que si yo
hacía algún movimiento, él se apartaría, porque ése era el tipo de chico que
Aiden era. Parte de mí le amaba por eso. La otra parte – una bola de
frustración que demandaba que él dejara ir a su parte buena y caballerosa.
No estaba segura de lo que aquello decía de mí. Algo nada
bueno, estaba segura.
Pero no me importaba, en aquél momento, no cuando Aiden
estaba donde yo le quería.
Los ojos de Aiden eran tan plateados; eran líquidos mientras
se movían lentamente desde mis ojos, por mi cara, para pararse sobre mis labios
entreabiertos. Mi piel ardía allí donde aquellos ojos fueran.
Dioses, quería que me tocara, que me besara más que
cualquier otra cosa.
Aiden hizo un sonido bajo con su garganta que hizo que los
dedos de mis pies se encogieran en mis zapatillas “Necesitas parar de pensar en
lo que estás pensando”
“¿Cómo…cómo sabes en lo que estoy pensando?
Sus dedos se deslizaron por mi mejilla, por debajo del
cuello de mi camiseta. Me estremecí, y sus labios se tensaron “Puedo verlo en
tus ojos”
“¿Cómo es eso?”
Aiden no se molestó en responder, y pensaba que él se había
perdido en esta locura. Porque esto era de locos – la puerta a la sala de
entrenamiento estaba cerrada, pero cualquiera podría entrar y pillarnos así y
sería difícil de explicar.
Entonces su mano se movió de nuevo, por mi hombro, sobre mi
brazo flácido, y oh, dioses, su mano, se siguió moviendo. Me agarró por la cadera
y entonces su mano se curvó alrededor de mi muslo.
Quería, necesitaba decir algo, pero no tenía palabras.
Bajó su cabeza, presionando su frente sobre la mía y
estremeciéndose, como había hecho yo segundos atrás. Sus labios, tan cercanos
que casi podía saborearlos.
“Esto es una locura” murmuró, girando su cabeza de modo que
sus labios rozaron la comisura de los míos mientras hablaba “Completamente,
totalmente una locura…”
“Sí” susurré. Esta era una locura buena – peligrosa, pero
muy divertida.
Aiden presionó sus labios sobre mi mejilla, y mis ojos se
cerraron. Repitió el dulce gesto en la otra mejilla, y un intenso sentimiento
de pena se alzó. Iba a parar. Éste era su modo. Calmar el calor con algo tan
dulce, tan inocente como –
Sus labios rozaron los míos, y fue como la primera vez que
nos besamos, mi mundo entero pareció explotar.
Unas sensaciones muy crudas me atravesaron, y sentí sus caderas moverse,
su cuerpo entero agitarse contra el mío. Cada nervio de mi cuerpo parecía estar
expuesto.
Me moví entonces, alzándome y sumergiendo mis dedos en su
suave cabello.
“Maldita sea” dijo Aiden, su respiración entrecortada “Esto...”
“Quiero esto”
Como si él realmente no lo supiera, pero supongo que
escucharme decir eso en alto, rompió el hechizo. En un instante, Aiden se había
apartado de mí y estaba de pie de nuevo, caminando hacia atrás mientras se pasaba
las manos por el cabello, respirando profundamente.
Aturdida, me senté y puse mis dedos sobre mis labios. Aún
podía sentir su beso, el peso de su cuerpo.
Aiden se aclaró la garganta, y cuando miré hacia arriba,
estaba en el otro extremo de las colchonetas. Como si poniendo espacio entre
nosotros pudiera detener algo. Su garganta se movió “Bueno, supongo que ese es
un modo de derribar al oponente”
Sí, suponía que lo era.>>
Cada vez que leo algo de Aiden me enamoro más y más de este chico...no lo puedo evitar.
Espero que la hayáis disfrutado!
Saludos Covenants!
Bella Carstairs
Artículo y traducción por Bella Carstairs, Saga Lux Spain.