10/8/14

TODOS los adelantos de Opposition TRADUCIDOS!



¡Muy buenas mis queridos Luxen!

Antes de irme durante esta semanita de vacaciones, quería dejaros todos los adelantos TRADUCIDOS de Opposition en un mismo post, para aquellos que no hayan estado pendientes del blog tour, que no los hayan podido leer o, simplemente para quienes quieran leerlos de golpe o volver a disfrutar de ellos.

¡Vuestros son para vuestro disfrute!

Así bien, sin más dilación, os dejo este pedacito del último libro de la saga Lux.

AVISO:
CONTIENE SPOILERS DE ORIGIN



(Katy)
 Seguía observando a Daemon, completamente consciente de que todo el mundo menos él me estaban mirando. De cerca. Pero, ¿por qué no me miraba él? Un pánico afilado me arañó por dentro. No. Esto no podía estar pasando. De ninguna manera. Mi cuerpo empezó a moverse antes de que supiera qué estaba haciendo.
 Por el rabillo del ojo, vi a Dee sacudir la cabeza y a uno de los hombres Luxen dar un paso hacia delante, pero estaba impulsada por una necesidad inherente de probar que mis peores miedos no se estaban haciendo realidad. 
Después de todo, él me había sanado, pero entonces pensé en lo que Dee había dicho, en cómo De ese había comportado conmigo. ¿Qué pasaba si Daemon era como ella? ¿Si se había convertido en algo extranjero y frío? Él me habría sanado sólo para asegurarse de que él estaría bien.
 No me paré. Por favor, pensaba una y otra vez. Por favor. Por favor. Por favor. Con las piernas temblando, crucé la habitación, y aunque Daemon parecía no haberse percatado de mi presencia, caminé directa hacia él, mis manos temblando cuando las puse sobre su pecho. 
“¿Daemon?” susurré, la voz espesa.
 Su cabeza giró y de pronto me estaba mirando. Nuestras miradas se encontraron una vez más y por un instante vi algo crudo, tan doloroso en esos hermosos ojos. Y entonces sus largas manos se cerraron entorno a la parte superior de mis brazos. El contacto me quemó a través de la camiseta que llevaba puesta, marcándome la piel, y pensé – esperé – que me iba a empujar contra él, que me abrazaría y aunque nada estuviera bien, estaría mejor.
 Las manos de Daemon se tensaron alrededor de mis brazos, y aspiré una bocanada de aire vacilante.
 Sus ojos llamearon verdes e intensos mientras me apartaba de él, poniéndome a un buen paso de distancia.
 Le miré, algo en lo más profundo de mi pecho rompiéndose “¿Daemon?”
 No dijo nada mientras iba apartando  un dedo tras otro, parecía, y sus manos se separaban de mis brazos. Dio un paso atrás, volviendo su atención al hombre que había tras la mesa.
 “Tan…extraño” murmuró la pelirroja, sonriendo con superioridad.
 Me quedé clavada en el lugar donde estaba, la punzada del rechazo ardiendo a través de mi piel, haciendo trizas mi interior como si no fuera más que papel-maché.
 “Creo que alguien esperaba algo más de este encuentro” Dijo el Luxen de detrás de la mesa, su voz sonaba divertida “¿Qué piensas, Daemon?”
 Alzó un hombro de forma indolente “No pienso nada”
 Abrí la boca, pero no tenía palabras. Su voz, su tono, no era como el de su hermana, pero era como había sido cuando nos conocimos por primera vez. Solía hablarme con ese tono de molestia apenas contenida, cada palabra desprendiendo ese fino velo de tolerancia.
 La grieta en mi pecho se profundizó. Por centésima vez desde que los Luxen llegaron, pensé de nuevo en la advertencia del Sargento Dasher. ¿De qué lado se pondrían Daemon y su familia? Un estremecimiento bajó por mi columna. Me rodeé el cuerpo con los brazos, incapaz de procesar de verdad lo que había pasado.
 “¿Y tú?” preguntó el hombre. Cuando nadie respondió, lo intentó de nuevo “¿Katy?”
 Me vi obligada a mirarlo, aunque quería encogerme ante su mirada “¿Qué?” me importaba poco que mi voz se rompiera en esa única palabra.
 El hombre sonrió mientras rodeaba la mesa. Mi mirada titlaba sobre Daemon mientras se estiraba, llamando la atención de la guapa pelirroja. “¿Esperabas un recibimiento más personal?” preguntó “¿Tal vez algo más íntimo?”
 No tenía ni idea qué responder. Sentía como si hubiera caído en la madriguera de un conejo y todas las alarmas sonaban a un lado y a otro. Algo primitivo dentro de mí reconoció que estaba rodeada de depredadores.
 Completamente.
 “No sé lo que…pensar” Sentía la horrible quemazón de las lágrimas subiendo por mi garganta.
 “Esto debe de ser  abrumador para ti, imagino. El mundo entero tal y como lo conoces está al borde de un gran cambio y tú estás aquí, y ni siquiera sabes mi nombre” El hombre sonrió tan ampliamente, que me pregunté si le hacía daño “Puedes llamarme Rolland” 
Entonces extendió una mano. Mi mirada bajó hasta ella, pero no hice intento alguno de tomarla. Rolland se carcajeó mientras se daba la vuelta y volvía a la mesa.
 “Entonces, ¿eres una híbrida? ¿Mutada y unida a él a tan intenso nivel que si uno de vosotros muere, lo hace el otro?”
 Su pregunta me tomó por sorpresa, pero permanecí en silencio.
 Él se sentó en el borde de la mesa. “Eres el primer híbrido que he visto”
 “Ella no tiene nada de especial” Se burló la pelirroja. “Francamente, está sucia, como un animal sin lavar.”
 Tan estúpido como era, mis mejillas se encendieron, porque estaba sucia, y Daemon me había apartado físicamente de él. Mi orgullo – mi todo – estaba oficialmente herido.
 Rolland se carcajeó “Ha tenido un día duro, Sadi”
 A la mención de su nombre, cada músculo de mi cuerpo se tensó, y mi mirada voló de vuelta a ella. ¿Esa era Sadi? ¿La que Dee había dicho que estaba intentando acosar a Daemon – mi Daemon? La ira me golpeó a través de la confusión y el dolor. Por supuesto tenía que ser una maldita modelo andante y hablante, y no una bruja. 
“Día duro o no, no puedo creer que se limpie bien” Sadi miró a Daemon mientras ponía una mano en su pecho “Estoy algo decepcionada” 
“¿Lo estás?” Replicó Daemon. Cada cabello de mi cuerpo se erizó mientras mis brazos se descruzaban. “Sí” ronroneó ella “Creo que puedes hacerlo mejor. Mucho mejor” Mientras hablaba, iba bajando sus dedos pintados de rojo por el centro de su pecho, sobre su abdomen, dirigiéndose directamente al botón de sus vaqueros.
 Ah, no, demonios no “Quítale tus manos de encima” La cabeza de Sadi se levantó en mi dirección “¿Perdona?” “Creo que no he tartamudeado” Di un paso adelante “Pero parece como si necesitases que te lo repitiese. Quítale tus malditas manos de encima” En el fondo de mi cabeza, me di cuenta de que Sadi no se movía o hablaba como los otros Luxen. Sus gestos eran demasiado humanos, pero entonces el pensamiento desapareció cuando Daemon se estiró hacia abajo y apartó su mano.
 “Para” murmuró, su voz grave de ese modo provocador tan propio de él. 
Vi rojo. 
Los cuadros de la pared empezaron a temblar y los papeles de la mesa a alzarse. La energía estática corría por mi piel. Estaba a punto de convertirme en Beth en ese mismo lugar, a pocos segundos de flotar hasta el techo y arrancar cada pedazo de rojo –
 “Y tú, detente” Dijo Daemon, pero el tinte provocador no estaba en sus palabras. Había una advertencia en ellas que arrancó el viento que hinchaba mis velas enfurecidas.
 Los cuadros se detuvieron mientras yo le miraba boquiabierta. Que me hubiera abofeteado habría sido mucho mejor.
 “Impresionante” dijo Rolland, observándome como me imaginaba que habían hecho los científicos de Daedalus la primera vez que se encontraron con los Luxen. “Has adaptado mucha de sus habilidades. Impresionante y perturbador”
 “Estoy de acuerdo en eso” dijo otro de los hombres Luxen.
 Rolland inclinó su cabeza. “Somos una forma más elevada de vida, y mezclarnos tan íntimamente con algo como tú es…bueno, algo así como una abominación. No deberías existir. Cualquier lesión que sufriste debería haber acabado contigo”
 Un músculo en la mandíbula de Daemon comenzó a palpitar. 
“Después de todo, es la supervivencia del mejor preparado, ¿no es eso lo que los humanos dicen? Tú no estabas preparada para sobrevivir sin nuestra intervención” 
Bueno, eso era del todo insultante.
 “Y aún así no se puede deshacer, ¿verdad?” Su mirada se posó en Daemon “Es mucho lo que desconocemos. Todos nosotros éramos muy jóvenes cuando nuestro planeta fue destruido y nos dividimos entre los universos. Nunca hemos estado aquí, y aparentemente, muchos de nuestra especie han residido en la Tierra y no lo sabíamos tampoco.”
 La mayoría de los Luxen no sabían nada de los híbridos. Daemon no sabía nada hasta que me mutó, por lo que no había que ser un genio para pensar que aquellos que no habían estado en la Tierra no tenían ninguna idea. Eso también me llevaba a preguntarme si eran conscientes de las debilidades que existían aquí – ¿el onyx y los escudos de diamante? ¿Esas cosas existían en el maldito agujero de dónde habían salido? Dudaba que tuvieran armas PEP, del tipo que el gobierno había creado para destruir a los Luxen de un solo disparo y mandarlos a la otra vida.
 “Somos curiosos por naturaleza, ¿Lo sabías?” preguntó, y entonces deslizó una mirada significativa en dirección a Daemon. “Estoy seguro de que sí. Después de todo, ¿Qué le atraería hasta a ti, sino? ¿O hay algo más?”
 Los labios de Daemon se estrecharon, pero había un cebo colgando frente a su cara, y él no picó.
 “Amor” murmuró Rolland riéndose. Dee miró a su hermano “Eso era antes” “¿Lo era?” preguntó. Pasó un momento mientras Daemon le sostenía la mirada a Rolland “Lo era antes”. El estruendoso crujido que se produjo en mi pecho debería haberse escuchado en los pueblos cercanos. Aspiré aire entrecortadamente, y Daemon finalmente me miró. Su espalda estaba estirada de forma forzada mientras sus ojos encontraban los míos, pero era como si estuviera viendo a través de mí.
 “Me pregunto si realmente es cosa del pasado” le provocó Sadi, y cuando Daemon la ignoró completamente, la tensión tiró de sus rasgos, volviéndolos amargos.
 Se me erizó nuevamente el cabello de la parte de atrás del cuello, pero ésta vez por una razón diferente, mientras la sonrisa de Rolland se ensanchaba. “Como decía, somos criaturas curiosas. ¿Quincy?” miró por encima de su hombro y pasó un momento antes de que el otro hombre asintiera con la cabeza.
 Mis ojos se abrieron de golpe mientras el otro Luxen avanzaba hacia delante. No era tan alto como Daemon, pero era más ancho, y caminaba como si se estuviera deslizando sobre el agua. Cuando pasó por al lado de Daemon, le dedicó una sonrisa burlona.
 Di un paso atrás, mis manos abriéndose y cerrándose a ambos lados de mi cuerpo. No tenía ni idea de qué esperar de ninguno de ellos, incluso de Daemon. El horror se agitó en mi estómago.
 Quincey era ancho como un jugador de fútbol, y su mirada mandó un torbellino de aire helado sobre mí. Mis pies se deslizaron sobre el suelo de madera frío al mismo tiempo que la energía se arremolinaba en la parte baja de mi estómago. Miré a Daemon, mi corazón latiendo con fuerza. Sus ojos encontraron los míos cuando Quincy se detuvo enfrente de mí, sus sorprendentes facciones, crueles. La sonrisa de Quincy me intimidó mientras se acercaba. Salté hacia atrás, apartando su brazo.
 “No me toques” Le advertí, sintiendo la corriente de energía estática sobre mi piel.
 La sonrisa de Quincy desapareció y sus ojos se estrecharon “¿De qué va esto?” preguntó Daemon “Tengo curiosidad” dijo Rolland, su voz como un dulce sirope mientras su mirada se dirigía a Daemon. “Sujétala” Mi corazón se paró mientras mi miraba iba de Daemon al Luxen. Hubo un momento en el que Daemon no se movió mientras miraba a Rolland, y después, giró sobre sus talones.
 Me puse tensa, sentía la garganta seca mientras él se acercaba a nosotros. Le mandó a Quincy una mirada de advertencia mientras caminaba a mi alrededor. En el momento en que rodeó mis hombros con sus manos desde atrás, manteniéndome en mi lugar, pensé que iba a vomitar. Realmente iba a acabar vomitando a aquél Luxen engreído que tenía delante.  Me sacudí, apretándome contra Daemon mientras Quincy volvía a agarrarme, tomándome de la barbilla con aquellos dedos fríos, pero no podía hacerme la tímida en ese momento. Daemon era una pared inamovible. Daemon se puso rígido detrás de mí mientras Quincy bajaba su cabeza hasta que nuestros ojos estuvieron al mismo nivel. Nunca habría imaginado que estaría en una situación así, con Daemon permitiendo que cualquier tipo Luxen repugnante se cerniera sobre  mí, en vez de protegerme. No desde el día en el lago, la primera vez en que él se abrió y me habló de su hermano. “Ella se siente diferente” declaró Quincy, sus manos deslizándose por mi cuello, donde mi pulso latía con velocidad. “No es como otros humanos. Además de detectar algo en ellos, deberíamos ser capaces de decir algo mediante los sentidos” Hizo una pausa, su mirada se movió rápidamente hacia Daemon.  La sonrisa del Luxen se crispó mientras sus largos y afilados dedos rodeaban mi cuello. “Estás muy enfadado” “¿De verdad?” Las manos de Daemon se cerraron sobre mis brazos “¿Recuerdas lo que te dije antes? Mantengo esa declaración” “¿No me digas?” Quincy dudó, y entonces puso su mano sobre mi pecho, en el mismo lugar donde vi al Luxen tocar en el supermercado.  Un bajo murmullo reverberó por toda mi espalda, y no estaba segura de si venía de Daemon o era yo que estaba temblando con fuerza. Las cejas del Luxen se arrugaron en un gesto de concentración, y entonces él miró a Rolland.
 “Nada” dijo “No puedo asimilar su ADN”
 Abrí los ojos al entenderlo. Dios mío, he visto lo que les sucede a los humanos cuando su ADN es asimilado demasiado rápido. ¡Me habría matado! Y a Daemon, pero en ese momento, quería darle una patada en la ingle a Daemon. La ira ardió a través de mí mientras me sacudía de su agarre, tratando de liberarme, porque necesitaba espacio, pero su agarre se hizo más fuerte y lágrimas de furia punzaron en mis ojos.
 “Es un progreso interesante” comentó Rolland “¿Qué más puedes hacer? Sabemos que si uno muere, muere el otro. Ella tiene acceso a la Fuente, obviamente. ¿Hay algo más?”
 “No se pondrá enferma nunca. Como nosotros” Las palabras de Daemon eran cortas, concisas. “Y es rápida y fuerte”
 Aspiré con fuerza mientras un sentimiento horrible, de traición, se arremolinaba entorno a mi corazón.
 “Extraordinario” Rolland aplaudió como si acabáramos de representar Swan Lake en vez de simplemente estar delante de él “¿Eso es todo?” preguntó Sadi, quien no parecía nada impresionada “Sí” respondió Daemon, y mis ojos se abrieron de golpe, pero conseguí que mi rostro no desvelara nada. Aguanté la respiración, pero Dee tampoco le llevó la contraria. Ambos estaban mintiendo descaradamente por omisión. Había más. Cuando él estaba en su forma real, Daemon y yo podíamos comunicarnos como él lo hacía con otros Luxen. No sabía qué pensar sobre ello, pero la esperanza ardió de nuevo en lo más profundo de mi pecho. Mi mirada fue hacia Dee, pero ella estaba mirando la pared como si estuviera sucediendo algo alucinante allí.
 ¿Qué estaba pasando en realidad allí? Había más –
 Mis pensamientos salieron volando, estrellándose con fiereza cuando Quincy, que ni siquiera me estaba mirando a mí, sino que observaba a Daemon, deslizó su mano por mi pecho, realmente sobre  mi pecho. El shock se extendió sobre mí, seguido rápidamente por la ira roja y ardiente y la repulsión más amarga. Cada parte de mí retrocedió.
 De pronto, me estaba deslizando por el suelo de madera y chocando contra una silla de cuello vacía. Sorprendida, alcé la cabeza y eché un vistazo a través de los mechones de pelo apelmazado que habían caído sobre mi rostro.
 Los dos Luxen estaban atrapados en un épico duelo de miradas, y enfrente de mí, Dee ya no miraba a la pared, sino que estaba observando a su hermano. Había tanto silencio en la habitación que podría escucharse el aclararse de una garganta.
 Y entonces Daemon explotó como un cohete. 
 (Daemon) 
Podía saborear la ira como una piscina de sangre en el fondo de mi boca, y era incapaz de pensar o ver nada a través de ella. Había muchas cosas con las que podía lidiar, que podría obligarme a tolerar y que podría esperar. Pero que él la tocase, no sólo cruzaba la línea, sino que abría un enorme agujero en ella. 
Tomando mi verdadera forma, sentí el bombardeo de otros de mi raza, sus necesidades y sus deseos, elevándose en un ciclón vicioso, pero mi ira los sobrepasaba a todos. Cogiendo a Quincy un segundo antes de que se transformara, le lancé contra la pared más lejana, pero esta vez con mucha más fuerza que cuanto le encontré en su habitación.
 Cuerpo di hola a la pared.
 La golpeó sin haber cambiado todavía. El yeso se partió y cayó por el impacto. Polvo blanco flotó en el aire. Quincy empezó a deslizarse hacia abajo por la pared. Esa es la cosa divertida sobre los Luxen. Todavía no se habían dado cuenta de lo débiles que eran en sus verdaderas formas.
 Estaba encima de él antes de que llegara al suelo.
 Golpeándole con el puño en la barbilla, me deleité con el chasquido que sonó al echar la cabeza hacia atrás. Lejos de haber terminado con él, le levanté y entonces prácticamente atravesé la pared con él, hasta tocar casi las vigas. 
Entonces le solté.
 Quincy cayó y se desplomó en el suelo, parpadeando como una maltrecha luciérnaga. Un líquido azul brillante salía por la parte de atrás de su cabeza, y mientras le miraba, debatiéndome entre si quería o no lanzarle como una pelota de fútbol a través de la ventana más cercana, me percaté de lo silenciosa que estaba la habitación.
 Dejando a Quincy, o a lo que quedaba de él, volví a mi forma humana mientras me daba la vuelta. Probablemente había ido demasiado lejos, pero no podía hacer nada ahora para remediarlo. 
Rolland arqueó una ceja “Bien, entonces…”mi pecho subía y bajaba rápidamente, y le lancé una breve mirada antes de volver a donde ella estaba. Sus manos estaban agarrando el respaldo de una silla mientras me observaba, sus ojos grises y muy abiertos en su rostro pálido.
 Nuestras miradas se encontraron y supe, por el afectado gesto que había en su rostro, que no sabía muy bien qué hacer con lo que había pasado. Había confusión, un dolor crudo y furia emanando de ella, llenando el aire, ahogándome.
 Me tomó unos segundos volver a calmarme. Me centré en mi respiración mientras me obligaba a mirar de nuevo a Rolland, encontrándome con su mirada curiosa. “Le dije que no la tocase antes y que si lo hacía, le mataría. No soy un mentiroso” 
La mirada de Sadi se fijó donde yacía Quincy. “No está muerto” “Aún” prometí. Un gesto de anticipación, de puro entusiasmo, se formó en el rostro de Sadi mientras se humedecía el labio inferior “¿Por qué te importaría que él la tocase o no?” 
Había mil razones interminables “Ella me pertenece” Prácticamente podía sentir las dagas que ella me estaba lanzando a la espalda, pero no la miré “Nadie más. Es tan simple como eso” 
Rolland me miró intencionadamente, y entonces se apartó de la mesa. Estirándose, juntó las manos “Todo el mundo. Escuchad”
 Me puse tenso, sabiendo que esto podría ser realmente malo.
 “Tú” señaló a otro Luxen “Saca a Quincy de aquí. Hazme saber si se despierta”
 Una parte de mí esperaba que lo hiciera para poder darle otra paliza de nuevo.
 Rolland le dedicó a Sadi una mirada dura “Coge a esta joven…mujer de ahí y asegúrate de que pueda lavarse y de que esté cómoda
 Oh, demonios, no. Abrí la boca, pero Sadi se lanzó hacia delante, sus ojos brillando con malvado placer “Por supuesto” dijo, lanzándome una media sonrisa mientras pasaba por mi lado. Di un paso adelante con la intención de interceptarla y hacer un buen uso de la ventana.
 “Tú” se dirigió Rolland a mí “Quédate ahí.” Entonces miró a Dee y sonrió “Es tarde. Estar en esta forma me hace sentirme increíblemente hambriento. ¿Podrías traerme algo de comer?”
 Dee dudó, pero entonces asintió. Dándose la vuelta, me lanzó una mirada preocupada mientras salía corriendo de la habitación para cumplir con la orden de Rolland.
 Había muchas probabilidades de que acabase pegando a alguien cuando vi a Sadi obligarla a salir de la habitación. La parte de atrás de mi cuello hormigueó y mi piel picaba cuando la puerta se cerró tras ellas, dejándome con Rolland y algunos tipos cuyos nombres me había negado a aprender. 
Rolland rodeó la mesa y se sentó “Quincy no estaba nada contento contigo antes. Dijo que tú…fuiste tras él porque estaba en la habitación con aquella…aquella chica” Echándose hacia atrás en la silla, cruzó una pierna sobre la otra. Señaló hacia la pared dañada “Parece que su enfado ya no es problema” 
Me encogí de hombros “Estoy seguro de que no es el único. No me fío de Sadi estando con ella”
 Alzó las cejas “¿No lo haces?” “No” uniendo sus manos, me estudió “Quiero que respondas una pregunta para mí, Daemon Black, y quiero una respuesta honesta” Me dolía la mandíbula de lo fuerte que estaba apretando las muelas. No necesitaba estar en esta habitación. Necesitaba estar donde fuera que estuviera Sadi en esos momentos, pero asentí “Como ya he dicho, eres difícil de entender. No como tu hermano o hermana, eres diferente”
 “La gente dice que soy especial” 
Se rió por lo bajo. “¿Qué significa esa chica para ti, Daemon? Quiero una respuesta honesta”Cerré las manos en sendos puños. El tiempo corría “Me pertenece”
 “Ya has dicho eso”
 Obligué al aire a entrar en mis pulmones respirando profundamente “Ella es mía y es parte de mí. Así que sí, significa mucho, pero lo que sienta por ella no cambia nada aquí, contigo.” Encontré su mirada con la mía decidida “Apoyo lo que estás haciendo”
 “¿A mí?” se carcajeó “No es a mí a quien apoyas, yo soy una abeja obrera aquí, como tú” 
Bueno, entonces. 
“¿Aún la amas?” preguntó, cambiando de tema “¿Aún la deseas?”
 Lo que me estaba preguntando era si aún tenía emociones humanas desde que llegaron o si había vuelto a la colmena como el resto de ellos.
 “La deseo”
 “¿Físicamente?” Me dolía la mandíbula con fiereza, pero me obligué a mover el mentón de arriba abajo “¿Quieres más?” Elegí mis palabras con cuidado “Lo que quiero es un hogar donde mi familia esté a salvo, y sólo nosotros podemos proveerlo. Nosotros estamos primero”
 Rolland inclinó la cabeza hacia un lado, su mirada fija en mi rostro “Lo estamos. Y pronto tendrás ese hogar seguro para tu familia. Ya está en camino” Quería saber exactamente cómo iba a estar ya en camino, porque todo lo que había visto hasta entonces por su parte era un montón de muertes desagradables. La tensión llenó el silencio que se estableció entre nosotros y entonces golpeó la puerta “Ve a hacer lo que tienes que hacer, pero por favor, no lances a Sadi contra nada. Ella tiene ciertas habilidades de las que puede que tenga que hacer uso después”
 A caballo regalado no le mires el diente, así que me di la vuelta y me dirigí hacia la puerta.
 “Oh. ¿Y Daemon?” Mierda. Me paré, girándome hacia él. La maldita sonrisa volvía a estar en su cara, la misma que tenía antes ese día en las noticias locales. Cuando dijo a la ciudad, o a lo que quedaba de ella, que todo iba a estar bien, que la humanidad prevalecería y mucha más de esa mierda que él consiguió que pareciese creíble.
 “No me hagas arrepentirme de no haber acabado con tu vida en la limpieza, porque si eres un trataaie” dijo, volviendo a nuestra lengua nativa “no seré yo a quien deberás temer, sino a los seni—traaie. No sólo perderás a tu familia, sino que esa pequeña chica sufrirá una muerte lenta y dolorosa, y su horror será lo último que veas. ¿Inteliaaie?”
 Con la espalda rígida, asentí “No soy un traidor y sólo responderé ante nuestro líder. Lo entiendo”
 “Bien” Dijo, alzando la mano. Un mando voló de la mesa a ella. “Recuerda. No lances a Sadi”
 Despedido con aquella advertencia que me mordía el trasero, abandoné la oficina y a punto estuve de arrollar a mi hermana mientras salía al patio.
 Me sujetó del brazo, sus dedos clavándose en mi piel “¿En qué demonios estabas pensando?”
 “¿No se suponía que le estabas cogiendo algo de comer?”
 Sus ojos llamearon “Podrías haber acabado muerto ahí dentro por protegerla”
 La miré por un instante, buscando algo, cualquier cosa en ella, pero no encontré nada. Aparté con cuidado su mano “No tengo tiempo para esto”
 “Daemon” Ignorándola, caminé por la zona de descanso y subí los escalones de dos en dos. Cuando llegué al segundo descansillo, podía escuchar los gritos que venían del tercer piso.
Jesus.
 Algo se hizo pedazos por encima de mi. Salí volando... Llegué a la última puerta en el tercer piso en menos de un segundo.  
Empuje la puerta para abrirla y eché un vistazo a la habitación preguntándome como iba a contenerme y no lanzar a Sadi a través de algo. 
La habitación estaba vacía, pero parecía como si hubiera pasado un tornado por allí. El sillón verde oliva estaba tirado en el suelo, una de sus patas de madera rotas. Las cortinas blancas habían sido arrancadas de la ventana. Había almohadas sucias y llenas de sangre desparramadas por el suelo. 
Y la camiseta que ella había llevado puesta -mi camiseta- estaba hecha jirones a los pies de la cama. ¿Qué demonios? 
Mi mirada voló hacia la puerta del baño cuando escuché como si un cuerpo se hubiera estrellado contra ella y después un grito resonó en la habitación.  
Abrí la puerta del baño y me quedé completamente inmóvil. La habitación era grande, del tipo que tiene una bañera y ducha separadas, pero ésta  también había visto mejores días. El espejo que había sobre los lavabos dobles estaba roto. Había charcos de crema blanca en el suelo.
 Ella estaba enfrente de la gran bañera, su cabello una masa enredada alrededor de su rostro arrebolado. Los ojos grises echaban llamas mientras ella permanecía de pie, con las piernas abiertas. Un hilillo de sangre corría desde su nariz. En su mano sostenía un pedazo de cristal.
 Y sólo llevaba puesto el sujetador y los vaqueros -un sujetador blanco con margaritas amarillas. Su pecho subía y bajaba pesadamente con indignación y furia.
 Aparentemente Sadi había llevado el tema de la limpieza a un nuevo nivel.  
Mi mirada fue hacia donde estaba Sadi a pocos pasos de ella, respirando con fuerza. Su blusa blanca estaba desgarrada. Tenía varios botones saltados y otros desaparecidos. Su cabello normalmente peinado parecía como si hubiera pasado por un túnel de viento, pero ¿la mejor parte? 
Había maracas de uñas en un lado de la cara de Sadi y salía una mezcla de sangre azul y roja. Un alarmante sentimiento de orgullo me atravesó. 
 La gatita tenía mucho más que garras.
 "No se comporta amablemente con los demás" dijo Sadi enojada "Por lo que estoy trabajando para corregir su actitud"

"Y yo estoy en proceso de prepararme para arrancarte la cabeza, zorra"
 A pesar de que todo era un auténtico caos, mis labios formaron una pequeña sonrisa. "Fuera" Sadi volvió su mirada de odio hacia mí "Estoy-"
 "Largate" cuando Sadi no se movió, caminé hacia ella, la cogí y la saqué del baño. Ella se levantó y empezó a caminar hacia nosotros. "Rolland te requiere esta noche, por lo que si quieres ser capaz de llegar hasta él, más te vale que no des un paso más"
 Las aletas de su nariz se abrieron y sus mejillas se encendieron con ira, pero se paró, curvando las manos en garras. Pasó un segundo y no se movió del umbral de la puerta. Sadi me estaba poniendo a prueba - de verdad lo estaba haciendo.
 Le cerré la puerta en las narices y entonces me di la vuelta. El corazón me martilleaba, y cuando la volví a ver, me olvidé por completo de Sadi.
 Ella seguía delante se la bañera,  con el pedazo de cristal en su mano y me miraba como un animal acorralado. En ese momento no me recordó a una gatita inofensiva.
 Era toda una tigresa crecida, y seguía pareciendo como si quisiera hacer daño. A mí.  ¿Podía culparla por ello?
 Esos ojos tan suyos empezaron a cambiar a medida que pasaba el tiempo y seguíamos mirándonos, pasando a ponerse húmedos y llenos de lágrimas,  y eso era peor que recibir una patada entre las piernas.
 Estaba metido hasta el fondo. Estábamos metidos hasta el fondo y no la quería aquí. La quería lejos, muy lejos de todo esto,pero era demaisado tarde.
 Demasiado tarde para ambos, y probablemente para cualquiera también. 
 Le temblaba el labio inferior mientras cambiaba el peso de un pie a otro, sus dedos nadando en aconodiconador o champú derramado. Una eternidad se extendió entre nosotros mientras me embebía de ella. Un collage de recuerdos-desde el día en que ella llamó a mi puerta y cambió mi vida, hasta la primera vez en que dijo esas tres palabras que convirtieron mi vida en lo que era- me bombardeó. Pero eran más que recuerdos. Sabía que no debería sentir lo que sentía, pero cada célula de mi cuerpo la reclamaba. Me hervía la sangre.
 La deseaba. La necesitaba. La amaba. Ella dio un paso atrás, golpeándose con el saliente embaldosado que rodeaba la bañera. "Kat" dije, pronunciando su nombre por primera vez en días, permitiéndome pensar en él, y en el momento en que pasó, el sello que había dentro de mí se rompió. 
 (Katy)
 Los bordes del pedazo de cristal se me clavaban en la palma de la mano mientras observaba a Daemon. Después de todo lo que había pasado abajo en la oficina, y después con aquella mujer horrible, no podía recuperar el aliento o parar los temblores que me recorrían el brazo. Le miré mientras él daba un paso adelante. La mirada de aquellos ojos incandescentes y la decisión en su paso me produjeron un escalofrío que me recorrió toda la columna. "No"
 Sus ojos se entrecerraron.
 Sentía mucho dolor en el pecho, mezclado con las cosas terribles que Sadi había planeado hacer von Daemon, cosas que, cuando él había estado en aquél despacho, había parecido como si las fuera a disfrutar.
Sentía la piel en carne viva, como si me hubieran abierto en canal. Quería liarme a golpes, hacer daño a algo, a alguien. Las lágrimas me ardían en la garganta. "¿Estás seguro de que no te quieres ir con tu nueva amiga?"
 Sólo se podía ver un pedazo de verde de sus ojos "Sí, estoy seguro" "No es lo que parecía antes. Vosotros dos-" "No digas una palabra más" gruñó él. 
 Parpadeé mientraa la ira rugía dentro de mí como un tifón."¿Perdona?¿Quién te-?"

Daemon estaba en un extremo del baño y de repente estaba enfrente de mí en un segundo, haciendo que me tambaleara hacia un lado y pusiera los pies en los charcos derramados por el suelo.
 Solté una exclamación "Odio cuando haces-"

Me tomó de las mejillas y en el momento en que su piel tocó la mía, mi cerebro pareció sufrir un cortocircuito. El cristal se me escurrió de entre los dedos y cayó al suelo, inofensivo, al lado de una esterilla de baño mullida. 
Bajó su cabeza hasta que nuestras bocas estuvieron tan cerca que compartíamos el mismo aire. Me parecía tan injusto. Desde el momento en que desapareció, todo lo que había querido era volver a verle, tocarle y amarle, y ahora no sabía a quién tenía delante.
 Desde que los Luxen llegaron, nada parecía tener sentido.
 No se movió. Sin embargo, sus ojos esmeraldas recorrieron mi rostro como si lo estuviera memorizando. Sentí una calidez que seguía a su mirada, y las palpitaciones que sentía en la nariz, donde aquella zorra me había golpeado, desaparecieron.
 Me estaba sanando. Otra vez. Después de apartarme de él y decirme que me quería, en pasado, y después de unirse al peor tipo de monstruos. No podía soportarlo.
 "Esto está mal" dije, mi voz rompiéndose. "Todo es demasiado complicado-"
 Daemon me besó. 

¡Espero que lo hayáis disfrutado!

El libro es una pasada, ya haré una reseña cuando tenga tiempo :)

Aún no me puedo creer que la saga Lux haya llegado a su fin...:(

*Bella en estado de negación*

¡Ouch! 

Saludos, Luxen!!!




Traducción por Bella Carstairs, Saga Lux Spain

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