8/12/13

Escena de la Poción desde el punto de vista de Aiden (#Puro)

A continuación os dejo mi particular traducción de una de las escenas extras que Jennifer L. Armentrout comparte con todos sus fans en su página web.
Se trata de una escena de más o menos el final de Puro.
¡Que la disfrutéis!

<<Me dolía el rostro de mantener las apariencias y sonreír ante conversaciones que no me podían importar menos y presentaciones de otros Puros que ya había olvidado. Este era el último lugar en el que quería estar, pero si salía corriendo tan pronto, la gente – gente importante y poderosa – empezaría a hacer preguntas.
Un miembro del Consejo dijo algo y yo asentí, sin tener ni idea de lo que había dicho. Todo en lo que podía pensar era en Alex…en la Poción y en haberla dejado sola con Seth. No confiaba en ningún hombre con dos ojos para hacer lo correcto en esa situación. Alex podría…No pude terminar el pensamiento.
No estaba seguro de si podría confiar en mí mismo en una situación como esa.
Pero Seth había jurado que cuidaría de ella.
Una mano cálida subió por mi brazo, y me di la vuelta, encontrándome mirando hacia una mujer Pura cinco años mayor que yo. Sus labios pintados de rojo formaron una ancha sonrisa cuando se inclinó hacia mí.
“Aiden St. Delphi” ronroneó, poniéndome la otra mano en el pecho “Deberías bendecirnos con tu presencia en los Catskills más a menudo. Tus visitas son muy infrecuentes”
No tenía ni idea de quién era esta mujer.
Lo más educadamente que pude, me quité su mano del pecho y la esquivé. Me siguió, los ojos azules ardiendo por el reto “Lo siento” Dije “no estoy interesado”
Echó la cabeza hacia un lado y una cascada de cabello del color de la miel cayó sobre su hombro “¿Qué? ¿Prefieres la compañía de los hombres?” Bajó las pestañas coquetamente “No tengo problema en compartir”
Alcé una ceja, cansado de esto. Había un lugar en el que necesitaba estar “No estoy interesado en ningún tipo de compañía. Buenas noches”
Girando sobre los talones, puse los ojos en blanco ante la dura maldición que salió de los labios de la mujer. Salí del salón de baile, despidiéndome de Marcus y de la Ministra Diana. Con suerte no me pararían.
Se me hizo eterno hasta que llegué a la planta de Seth. Llamé a la puerta, esperando no despertar a Alex por si se había quedado dormida. Recé a los dioses para que ella se hubiera quedado dormida en vez de pasar por los efectos de la Poción. Cuando no hubo respuesta, abrí la puerta, mi mirada recorriendo la cama vacía y después el pequeño diván.
Sentí unos nudos en el estómago. “¿Dónde está ella? ¿Seth?”
Entré en la habitación, respirando en profundidad. Unos sonidos salieron del baño. Una voz amortiguada y después le siguieron unos pasos. Me agaché, cogiendo un jersey del suelo. Era el de Alex. Mi mirada volvió a la cama.
Había unos vaqueros – sus vaqueros y los de ella…solté el jersey y cogí la prenda oscura de encaje.
Seth entró en la habitación. Sin camiseta. Con los pantalones desabrochados. Y el pelo desaliñado.
Le iba a matar.
“Mira, sé que esto pinta mal. Pero no es lo que piensas”
Una furia como nunca había sentido hirvió en mi sangre y se alzó como un monstruo salvaje. Mis dedos apretaron la camiseta. Estaba deseando coger una daga y ponerla bajo su cuello “¿Esto no es lo que parece? ¿De verdad? Porque creo que esto pertenece a Alex”
Seth sacudió la cabeza, como si no tuviera nada que decir. Tiré la prenda a un lado y le empujé, abriendo la puerta del baño.
No estoy seguro de si lo que vi primero rompió el fino hilo de mi control – Alex en el suelo, el pelo húmedo por el sudor y una palidez mortal en sus rasgos. ¿Fue el hecho de que no estuve con ella cuando la enfermedad la alcanzó? ¿O fue el hecho de que ella llevaba una de las camisetas de Seth únicamente?
Sus ojos húmedos se encontraron con los míos y su voz fue débil  y sin fuerza “Aiden, no es—“
Me giré rápidamente “Seth, confiaba en ti”
“Mira, lo sé. Esto no es—“
Le pegué un puñetazo. Un dolor sordo recorrió mis nudillos. Y le di la bienvenida.
No me importaba una mierda lo que tuviera que decir. Era blanco y negro para mí. Alex estaba bajo los efectos de la Poción. Seth se había aprovechado de ello. No había términos medios.
Y Seth no se defendió. Incluso cuando le volví a golpear en la mandibula. Se quedó allí. Lo recibió, porque sabía – él sabía – que lo había jodido, que lo que había hecho era horrible. Vi un rayo de culpabilidad en sus ojos. Oh sí, importaba que fuera Alex, pero para él hacer esto con cualquier mujer a la que le hubieran arrebatado la capacidad de decidir era repulsivo.
Vi la fina prenda de nuevo.
No quedaba ni un poco de control en mí.
Me lancé sobre él, tirándole al suelo como un jugador de fútbol. Entonces él empezó a pelear, moviendo los brazos. Apenas sentí los golpes, me tiré encima.
Obviamente, Seth ya había tenido suficiente. Me sacó de encima suyo y me caí hacia atrás, golpeándome con el armario. De pie, me volví a lanzar contra él y volvimos a caer al suelo, lanzando los brazos y golpeando, olvidadas las técnicas que habíamos aprendido en los entrenamientos para ser Centinelas.
Esto era como luchar en una jaula.
Alex entró en la habitación, tambaleándose peligrosamente hacia un lado “Chicos, por favor…Estáis siendo estúpidos”
Ninguno de los dos paró. Habíamos pasado el punto de parar. Empujé a Seth por la habitación, lejos de Alex. Su mirada pasó sobre mi hombro y se posó en ella, y que me maldijeran si le permitía incluso el placer de mirarla. Embestí a Seth y le tiré al suelo con fuerza.
“¡Aiden!¡Para!” Alex caminó dando tumbos hacia delante, maldiciendo “Seth – ¡no le estrangules!"
Seth ganó ventaja y rodé sobre mi espalda. Lanzó su brazo por el aire. Una luz azulada brillaba alrededor de su puño. Hijo de puta…
Alex chocó contra nosotros, sus brazos rodeando a Seth en el mismo momento en que mi puño golpeaba su estómago. Seth cayó hacia atrás, llevándose a Alex consigo. Su hombro golpeó el borde de la cama y ella aulló. El sonido de su dolor cortó a través de la neblina roja.
Me alcé sobre los pies y cogí a Seth por su camiseta hecha jirones, apartándolo a un lado. Alex estaba sobre un costado, justo al lado de su sujetador. Sus mejillas se tornaron rojas cuando cerró los ojos.
“¿Qué demonios?” otra voz sonó. Leon “¿Habéis perdido todos vuestras jodidas cabezas?”
Seth se puso de rodillas, pasándose una mano por el labio partido “Oh, sólo estábamos peleando”
Le lancé una mirada de odio mientras me arrodillaba al lado de Alex “Alex ¿Estás bien?” Le pasé las manos por debajo de sus brazos y la ayudé a sentarse “Di algo”
“Estoy…genial”
Apartando la masa de cabello de su rostro, hice un gesto “Lo siento. Nunca debería—“
“Alex, sé que estás cabreado—“
“¿Cabreado? Te aprovechaste de ella, Seth” la ira me hizo alzarme sobre los pies “Tú, hijo de—“
“¡Parar!” ordenó Leon “Vais a conseguir que vengan todos los Guardias de este edificio a la habitación. Seth, sal de aquí ahora”
“Esta es mi habitación” Seth se puso de pie “Y si este gilipollas me hubiera dado cinco—“
Gruñí “Te voy a matar”
“Oh, ya estamos” Seth se dio la vuelta, sus ojos volviéndose de un intenso color ámbar “Quiero ver cómo lo intentas”
Alex se levantó como pudo y se acercó a mí “No. Por favor. No es culpa de Seth…wow”
“¿Alex?” Me di la vuelta rápidamente y vi cómo se tambaleaba hacia la derecha y no podía parar.  Me incliné y la tomé de la cintura antes de que se golpeara con el suelo. Se había desmayado. Mierda. Pasé el brazo por debajo de sus rodillas, y la apreté contra mi pecho.
Seth se acercó, pasándose las manos por el cabello “¿Ella está—?”
“Sal de aquí” rugí
“Yo—“
“Sal. De. Aquí”
Leon se acercó, poniendo una mano sobre el hombro de Seth “Colega, necesitas salir de aquí”
Los ojos de Seth se fijaron en los míos durante un segundo y luego se quitó las manos de Leon de encima “No soy tu colega” Sin decir ni una palabra más, salió en estampida de la habitación, dando un portazo tras él.
Leon suspiró “Puedo quedarme con ella, sólo por si se despierta de nuevo”
“No” Me dirigí hacia la cama, y la dejé con gentileza sobre ella “No la voy a abandonar. No debería haberla dejado venir aquí con Seth”
“No es tu culpa, Aiden” hizo una pausa “confía en mí”
Solté una breve carcajada, mientras metía sus piernas debajo de las sábanas “No confío en nadie”
“¿No confías en ti mismo?” Leon estaba de repente detrás de mí. Ni siquiera le había oído moverse “Porque si se despierta, probablemente seguirá sintiéndolo. Ya sabes a lo que me refiero”
Dándome la vuelta despacio, le observé con furia “No voy a abandonarla”
“Soy la última persona por la que tendrías que preocuparte en lo que se refiere a ella”
No dije nada, porque nada en este mundo me convencería. Ya la había fallado al dejarla con Seth. No iba a cometer el mismo error dos veces.
Leon me sostuvo la mirada y después sacudió la cabeza. “Lo que digas. Es tu funeral” Se giró y llegó hasta la puerta, donde se paró “Vigilaré fuera”
Antes de que pudiera darle las gracias, Leon se había ido. Jurando en voz baja, me di la vuelta hacia la cama. Alex estaba encogida de lado, sus manos bajo la mejilla. El color había vuelto a su rostro y parecía estar en paz. Ella parecía…
Sacudí la cabeza, y me tiré sobre el diván, pasándome una mano por la mandíbula. Todo lo que podía esperar es que permaneciera dormida hasta que los efectos de la Poción hubieran pasado.
Tenía que haber sabido que no tendría tanta suerte.
“Aiden” escuché su voz, ni siquiera había pasado una hora.
Alcé la mirada. Estaba sentada en la cama, la sábana sobre sus largas, largas piernas “¿Sí?”
“Estás aquí”
“Lo estoy”
Echó la cabeza hacia un lado y sonrió – una sonrisa hermosa y alucinante que me atravesó el pecho y lo apretó “Estás aquí”
Mis labios formaron una sonrisa “Sí, Alex, estoy aquí”
“Bien” Echó la cabeza hacia atrás y suspiró. Sentí desconfianza “Quería que estuvieras aquí. Siempre he querido que estuvieras aquí”
Intenté no sentir nada en respuesta a aquellas palabras.
Bajó la barbilla “Estabas empezando a sonreír y ahora no sonríes”
“Estoy bien. Deberías echarte o te pondrás mala otra vez”
“Me siento genial” Se echó sobre su espalda “¿Has estado en esta cama? Oh por los dioses, Aiden, es alucinante. Me casaría con ella. ¿Lo sabes?”
No pude evitarlo. Solté una carcajada. “¿Casarse con una cama?”
Alex hizo un leve sonido estrangulado “Seth se rió también”
Mi humor desapareció con la mención de su nombre.
“Si te echas un momento” dijo, dando golpecitos a la cama “Lo entenderías” Se sentó de nuevo “¿Aiden?”
Volví a desconfiar cuando escuché cómo dijo mi nombre, como si lo estuviera saboreando en su boca y decidiera que sabía bien – Como la mujer de abajo lo había dicho, pero tuve una reacción totalmente diferente cuando Alex lo dijo de aquella manera. Mi cuerpo se tensó y se puso duro en un segundo.
“¿Sí?” Mi voz era demasiado ronca.
Ella se puso sobre sus manos y rodillas y gracias a los dioses que no estaba sentado en la cama “Estoy feliz de que estés aquí”
Esta camiseta estaba demasiado suelta alrededor de su cuello. Miré hacia otro lado “Estoy feliz…estoy feliz de estar aquí también”
Alex se movió hacia delante y sacó las piernas de la cama “¿Querer casarse con una cama es tan raro?”
Eso me pilló desprevenido “Es un poco raro, Alex”
“¿Porque es un objeto inanimado y esas cosas?”
Sonreí, porque ella parecía estar diciéndolo en serio “sí, esa podría ser una de las razones”
“Me casaría contigo si me lo pidieras”
Las palabras me abandonaron. No tenía ni idea de qué responder a eso.
“Tú no eres un objeto inanimado” Se levantó, sorprendentemente estable sobre sus pies, mientras que mis piernas estaban débiles y ni siquiera estaba de pie “Pero tú nunca me lo pedirías. Por lo que tendré que hacerlo yo ¿Te casarías conmigo?”
Un torrente cálido golpeó mi pecho “Alex…”
Hizo un puchero…durante un segundo.  Y después saltó – realmente saltó hacia delante – parándose a tan sólo unos centímetros de donde yo estaba sentado “Pero tú nunca me lo pedirías. Por lo que aceptaré un beso en cambio”
La tensión había vuelto “No va a pasar”
Los ojos de Alex se estrecharon “Sé que lo deseas”
Abrí la boca.
“No mientas. Las mentiras son feas y no tienen sentido. Quieres besarme. Quieres hacer mucho más” Se movió hacia delante, hasta que sus piernas rozaron las mías y bajó la mirada. No me podía mover “Sé que lo haces”
Maldita fuera.
“Bésame”
Mis manos se cerraron en puños “No va a pasar, Alex”
Los labios de Alex se alzaron en las comisuras “Vale. Al menos admite que quieres besarme”
La lancé una mirada de incredulidad.
Su sonrisa se hizo mayor “Eso es todo. Sólo quiero oírtelo decir. Después volveré a ser una buena chica”
Tenía mis dudas sobre ello, y la miré con ironía “No te creo”
“Créeme” Susurró.
Las palabras surgieron de mí. La conocía. Realmente la conocía bien. Pero eran sólo palabras. “Sí”
Sus labios se abrieron “¿Sí, qué?”
“Sí, Alex, quiero besarte”
Dejó escapar un sonoro suspiro y después se movió, más rápido de lo que esperaba. Un segundo después, ella había apartado mis piernas y sus manos me sujetaban de las mejillas, forzándome a bajar la cabeza. La camiseta, demonios, la camiseta se había arremolinado alrededor de sus esbeltos muslos, captando mi atención.
Alex sonrió “Bésame”
La cogí de los brazos, echándola hacia atrás “Alex, juro por los dioses…”
Soltando una risita, deslizó sus manos hacia abajo, por debajo de mi camiseta, sobre mi estómago. Mi cuerpo entero se estremeció ante su suave toque “Jurar está mal”
“Tú eres mala” Empecé a levantarla, pero era como un maldito pulpo, con sus manos alrededor de mi cuello, sosteniéndose. Sus muslos se pegaron a los míos con increíble fuera, y no pude evitar pensar en todo lo que podría venir con ello “Alex…”
“Aiden” me imitó, y puso su cabeza sobre mi hombro. Sus labios recorrieron mi cuello, húmedos y calientes. Sentí su ligero toque en cada parte de mi cuerpo “Hueles tan bien. Deberían encerrar tu olor y venderlo. Ganarían millones. Yum”
Alcé las cejas.
Entonces sus dientes rozaron mi cuello y estaba seguro de que estaba en el más dulce infierno.  Cerré la mandíbula, suprimiendo un gemido mientras ella se contoneaba. Un deseo rojo y ardiente me atravesó y mis manos se tensaron sobre sus brazos sin pretenderlo siquiera. Sus pestañas se alzaron y se mordió el labio inferior. Nuestras miradas se encontraron y me quedé sin aire. Ella no dejó de mirarme, ni siquiera cuando sus caderas se movieron contra las mías, presionando y girando. El deseo me golpeó por dentro, volviéndose más fuerte cuando un estremecimiento la sacudió.
“Bendito Hades en el Infierno” gemí.
Me alcé sobre los pies, llevándola conmigo. Sus labios se movieron sobre mi piel, por debajo de mi mandíbula, cerca de mi barbilla, a medida que me movía hacia la cama. Esa dirección la excitó aún más. Los suaves sonidos que salieron de su garganta eran embriagadores y me hicieron más difícil lo que hice después.
La lancé sobre la cama.
Alex se giró, sus ojos abriéndose como platos “¡Hey!”
“No” La advertí cuando se levantó. Vino hacia mí y la tomé por los hombros, empujándola de nuevo y sosteniéndola hasta que paró de moverse.
Me miró, con las mejillas sonrojadas “Me deseas”
Los dioses sabían que lo había y probablemente más de lo que había deseado algo jamás en mi vida, en un modo que no me hacía mejor que Seth. La única diferencia era en que yo nunca me aprovecharía, no importa cuánto lo deseara.
Estuvimos así durante lo que parecieron horas – ella saltando sobre mí, yo empujándola hacia la cama – una y otra vez hasta que ella se cansó. El alivio duró poco, ya que cuando se tumbó, empezó a estremecerse. Nada la haría entrar en calor. La sábana extra no hizo nada. Y no había ningún sistema de calefacción en la habitación.
“Hace mucho frío aquí” Sus dientes castañetearon, su cuerpo temblando.
Me quedé a la cabeza de la cama, desolado y frustrado en muchas más maneras de las que cualquier persona pudiera imaginar. Verla así era una tortura. Se estremecía con tanta fuerza que la cama temblaba. Por fin pensé en algo, rodeé la cama hacia el otro lado. Era un riesgo, pero no podía seguir así más tiempo. Me subí a la cama y la rodeé por la cintura con un brazo, apretándola contra mí.
“G-gracias” murmuró pasados unos instantes.
No dije nada, porque mientras que esto era una gran idea para ella, no lo era para mí. Cerré los ojos y empecé a pensar en el alfabeto griego.
Hubo un silencio y después ella dijo “Lo siento”
Abrí los ojos “¿Por qué?”
“Por…por todo esto” Hizo una pausa, estremeciéndose “Sé que realmente no quieres estar aquí”
Mi corazón se paró un momento “Esto no es verdad”
Alex no dijo nada y no hubo nada más que decir por el resto de la noche. Se quedó dormida y todo en lo que pude pensar fue en lo equivocada que estaba. Tan complicado como era y siendo esto lo último que yo debería desear, el lugar donde me encontraba era el único lugar donde realmente quería estar.>>

Ahhhhh...Aiden...Me tiene enamorada.
¡En fin!Espero que os haya gustado.

Saludos,

Bella Carstairs





Artículo escrito por Saga Lux Spain
Traducción por Saga Lux Spain

6 comentarios:

  1. oooh me encantó jajaja Ya no me acordaba de el pasaje de la poción y así xD
    Muchas gracias por la traducción :D

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  2. oh por Dios... hoy temprano termine puro y me habia qdado con las ganas de saber que habia ocurrido en ese espacio de tiempo ahhhh <3 <3 como amo a Aidenn <3 <3 <3 no puedo con su sensualidad de chico reservado <3 tambien amo a Seth pero Aiden <3 es q son distintos pero sexys los dos <3 los amooo <3

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  3. sdhfjsa Una de las escenas que más anehelaba leer desde el punto de Aiden!!! Muchas gracias!
    Ojala la autora se animara y sacara la escena de cuando Aiden se entera de ¡SPOILER! La muerte de Alex ¡FIN DEL SPOILER! No se, me encantaria leer lo que el sintio y paso al enterarse de eso.

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