8/11/16

Teaser...#12

Cuando Daemon adquirió su verdadera forma y colocó las manos sobre mí, sólo existió él. El resto de la habitación desapareció. No quería que me curara si ya estaba débil, pero entendía por qué no quería que Dee lo hiciera. Era demasiado arriesgado, no sabíamos cómo o si nos vincularía a los tres juntos.

Una sensación de calor fluyó a través de mí y, entonces, dejé de pensar. Oí la voz de Daemon en mi mente, murmurando palabras tranquilizadoras una y otra vez. Me sentí ligera, etérea y completa.

<< Daemon...>>

Repetí su nombre una y otra vez. No sé por qué, pero oír su nombre me servía de ancla.

Cuando cerré los ojos, no volvieron a abrirse. Noté la calidez renovadora en cada célula, corriéndome por las venas, depositándose en mis músculos y mis huesos. El calor y la seguridad me arrastraron y lo último que oí fue la voz de Daemon.

<<Ya puedes relajarte.>>

Y eso hice.
 

7/11/16

Teaser...#11

- Kat, no puedes meterte en el lago. Está demasiado frío. Vas a ponerte enferma - Me apartó el pelo que se me había quedado pegado a las mejillas - Mierda... más de lo que ya estás. Estás ardiendo.

Algo de lo que dijo despejó un poco la niebla de mi cerebro. Me incliné hacia él y apoyé la mejilla contra su pecho. Su olor era maravilloso: masculino y a especias.

- No te deseo.

- Este no es el mejor momento para tener esta conversación.

Aquello solo era un sueño, así que suspiré y le rodeé la firme cintura con los brazos.

- Pero te deseo.

Daemon me abrazó con fuerza.

- Ya lo sé, gatita. No engañas a nadie. Vamos.

Lo solté y los brazos me colgaron inertes a los costados.

- No...no me encuentro bien.

- Kat - Se apartó y me cogió la cara entre las manos, manteniéndome la cabeza erguida - Kat, mírame.

¿Acaso no estaba mirándolo? Las piernas me fallaron. Y entonces no quedó nada. Ni Daemon, ni pensamientos, ni fuego, ni Katy.

6/11/16

Teaser...#10

Recorrí sus mejillas con los dedos y la besé con suavidad
Lo hice de forma moderada y lenta, algo que nunca había puesto en práctica antes, pero que quería hacer con ella. Algunas partes de mí, partes que ocultaba de la mayoría, se abrieron. Eché la cabeza hacia atrás y fue como si fuera la primera vez. De hecho, fue la primera vez, porque aquello era lo que quería, tal vez incluso lo que necesitaba. El tacto inocente me dejó sin aliento...al principio. 
Me aparté y solté una risa.